jueves, 22 de enero de 2009

Destino Cara de Bobo. Cronista una pasajera

A las 6 y 20 de la tarde me tomé, como todas las tardes de lunes a viernes, la tercera formación en la estación Lima, de la Línea A, luego de haber visto cómo se me iban dos trenes repletos de "gente". En Lima siempre hay que dejar pasar dos antes para poder subirte, si es que "subirse" significa empujar y empujar hasta que no das más, y muy en contra de la voluntad de uno, porque a quién le gusta andar apretujando gente por ahí? Te hacen sentir un desquiciado, pero es que si no, no llegás más! Una vez arriba, escuché que ya venía con demoras de "hace rato, como todos los días desde fin de año". Las quejas que escuché marcaban un quiebre temporal, tenían una fecha de inicio, como si antes de fin de año la línea hubiera estado funcionando correctamente. "En enero, viajamos como si fuera mayo", era el comentario recurrente esta tarde, de los resignados "pasajeros". Cuestión que entre queja y queja, llegamos a la estación Saénz Peña y el tren se detiene. Luego de diez minutos de sofocante hacinamiento, escuchamos por altoparlante que el tren que estaba en Congreso tenía "problemas técnicos" y que no llevaría pasajeros, que por favor los que estaban arriba, bajaran. Una, dos, tres veces escuchamos la súplica del empleado de Metrovías, ahora añadiendo el dato de que había cuatro formaciones en espera para ingresar a la estación. Nosotros eramos la primera. Pero nunca llegamos a Congreso. Aparentemente los pasajeros no quisieron, así como así, a la simple instrucción de un impersonal altoparlante, bajar del tren. Y ahí comenzó la debacle. Por efecto dominó, nos pidieron a los Saénz Peña que nos bajáramos, y a los de Lima y a los de Perú..."la línea A se encuentra interrumpida". Como si fuera una novela de Saramago, nos empezamos a identificar por la estación de pertenencia, "los de Congreso Sur...". Después de manotear el pasaje gratis que Metrovías te da como trofeo de guerra, empezamos todos a caminar, y leyendo los carteles electrónicos de Estación Congreso nos enteramos de que el servicio retomaría su curso a Carabobo recién desde Plaza Miserere. O sea, la línea funcionaba "con servicio reducido, entre las estaciones Miserere y Carabobo. Hacia allá nos dirigimos los náufragos de la Saénz Peña, como en peregrinación, todos juntos, como viviendo eso de "mal de muchos..." Ni soñar con tomarse el 5, o el 86, las colas daban vuelta a las esquinas.
Llegamos a Miserere y una vez en el andén que indicaba "trenes a Carabobo", nos dijeron de Metrovías que teníamos que cruzar toda la estación hacia el otro lado y tomar el tren que llegara al andén "hacia Plaza de Mayo", pero que volvería a Carabobo, por eso del servicio reducido... A todo esto, eran casi las 7.15. Fuimos. Nos subimos al tren vacio, porque quienes llegaron se bajaron siguiendo la orden del "servicio reducido". Cuando el tren arranca, incrédulos creímos que iba en sentido Pza de Mayo para hacer cambio de vías. Pero no!!!! Terminamos otra vez en estación Pasco. "Metrovías informa que la línea A normalizó..." No lo podíamos creer!! Un grupo importante de pasajeros increpó al guarda y al boletero y no hubo "daños" porque algunos otros intervinieron para frenarlos.
La única explicación del boletero fue el desconocimiento. No sabía qué estaba pasando, ni se había enterado.
Terminamos otra vez con nuestro bendito boletito gratis caminando en masa sobre Avenida Rivadavia hacia la estación Alberti, donde finalmente pudimos tomar el tren a casa. Parecía un flashback horrible: no había estado yo por ahí minutos antes???
¿Nos vieron las caras de bobos? Ah no, el tren iba a Carabobo...destino que alcancé finalmente a las 8 de la noche, casi dos horas después de mi partida.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

impresionante. increible. un horror. Espero que la gente de metrovias lo lea y sientan verguenza...si es que les queda. Anita.

Maxi dijo...

Nunca me pasó algo como lo que cuentan acá. Pero se por experiencia propia que vale más tomar el tren en Peru hacia Plaza de mayo y bancarse los 10 minutos de demora adicional que soportar la estampida de gente que se produce en el carril contrario. Quizás hasta podes viajar sentado y si sos decente ceder el asiento a las personas que lo necesiten, ya que otro no lo hace.

Como la mayoría, tomo el tren subterraneo como alternativa "veloz" a los colectivos, y porque la estación del tren sobre tierra me queda muy lejos tanto de mi casa como de mi trabajo. Ni hablar del costo insostenible que sería trasladarme en taxi todos los días.

Siendo de los pocos afortunados que tienen horario de entrada a las 10am; me siento defraudado al ver que viajo a las 09:40hs de la misma manera que viajan los pasajeros de las 08:30hs. Y eso que tomo la linea D, la cual goza de las estaciones mejor adornadas y con aspecto más futurista y los coches koreanos descartados más recientes!

En estación catedral e tenido que ver pasar 2 y hasta 3 formaciones (siempre alguna que sigue de largo hacia 9 de Julio ya que ambas estaciones acumulan la misma cantidad de pasajeros) antes de poder ingresar de forma humana a la siguiente formación; no librándome con mi astucia de empujones y golpes en las costillas que sorprendentemente ya no vienen solo de adolecentes y otros empleados de oficinas... sino también de personas mayores y chicas muy bien arregladas!

No hay una semana que no ocurra que una formación es demorada en alguna estación, y los inconscientes que se paran sobre las pocas ventanas que hay tapan la escaza circulación de aire provocando mayor mala disposición y personas enfermas del calor y la falta del preciado oxigeno.

Y lo peor es que el problema no termina en la entrada y salida a los vagones; la tan generalizada mala onda de la gente llega a las escaleras, mecánicas o fijas, y hasta a las salidas a la calle. Sin irme muy lejos, la semana pasada casi caigo sobre una moto estacionada cerca de la boca de subte por el empujón de una señora que calculo estaba histérica de calustrofobia...

La verdad, no se me ocurre que podríamos hacer para mejorar esta situación... Temo que en cualquier momento empecemos a comernos balazos solo por querer viajar a nuestros destinos en un medio menos sofocante que el colectivo...

Anónimo dijo...

Metrovias es un desastre y los vagones de la linea A son un desastre aun mayor...bue si lo piensan los pobres vagones tienen como 100 años dando servicio asi que mucho no se les puede pedir a diferencia de metrovias que tendria que tener la decencia de incorporar material rodante cada tantos años...

Anónimo dijo...

Una verguenza...se extrañaba tu blog Candeleria..sobre todo porque creo que es uno de los pocos que sigue a flote , lo digo porque todos los otros blogs que tenes en la seccion de Links hacen meses o años que no dan señas de vida...ah y yo tambien tengo mi pequeña historia de sufrimiento en este transporte publico que tenemos..es viajar todos los dias en el 60 desde Don Torcuato hacinada como ganado con temperaturas de mas de 30 grados junto con la interminable odisea de conseguir mas de 2 pesos en monedas para cada viaje diariamente...Saludos

Ignacio Reiva dijo...

¿Cambiará algún día la cosa del transporte público?

Lucas dijo...

Yo el otro dia a la mañana me quede atrapado en un tren de la linea A entre las estaciones miserere y alberti. Nos dejaron casi 10 minutos con el calor q hace.

Cuando me baje en Peru fui a buscar el maldito boleto amarillo de reembolso, era uno de los primeros llegar y le dije a la empleada de metrovias:

Yo:me podes devolver el pasaje?
empleada: (cara de orto)
yo: nos dejaron 10 min entre dos estaciones me podes dar el boleto? (en ningun momento putie o grite)

empleada:toma, pero llegar llegaste no?
yo: si como la mier... -_-

es increible, encima q viajo como el orto me tuve q bancar q la empleada de metrovias me trate como la mierda.


saludos