Gracias La Voz del Interior- Córdoba

Les copio la nota que publicó el Diario La voz de Córdoba.

A quejarse al "blog"
Es enero y usted tiene que hacer un trámite. Antes de morirse de odio, desahóguese por Internet.

Rosa Bertino
Periodista

Qué mundo fantástico, éste. Hay posibilidades de expresión y protesta casi inmediata, desde llamar a las radios a hacer denuncias telefónicas o reclamar por vía tradicional o electrónica. Dichos como “andá quejarte a Gardel” o “a Magoya”, o “a llorar al cottolengo” han quedado superados por ese prodigio que es Internet. Por lo que sabemos, Magoya tiene varios sitios registrados. Eso sí, no pretendamos que las cosas cambien. Recordemos que, en definitiva, todo sigue en las mismas manos: las nuestras.

Ya ni siquiera las vacaciones logran disipar la sensación de que se vive como la mona. La bronca que flota en el aire no da para letra de una canción, porque no sabríamos qué música ponerle a la crónica de una ida al CPC, a la escribanía o al Registro del Automotor. Pero uno puede desahogarse contándole al que está al lado, o recurriendo a los blogs. Básicamente viene a ser lo mismo, sólo que el blog exige vocabulario y no cae tan chusma. Escuchando y leyendo, siempre algo se aprende.

¡Auxilio! El término blog es la conjunción de log=diario, bitácora, más la b de web=red electrónica. A diferencia de antaño, estos diarios no son personales sino abiertos a conocidos o desconocidos. Responden a una necesidad a veces desesperada de comunicación, de salvamento o, como dice un colega, de eructar “todo lo que te tenés que tragar”.

Es imposible saber cuántos hay en el mundo. Buena parte de la juventud es raza blogger, un detalle que sigue pasando inadvertido a la mayoría de los docentes y funcionarios de Educación. Lo que sí se sabe, es que los sitios de protesta son los más visitados. La prensa alternativa ha destacado el éxito de una estudiante porteña de 26 años, cuyas tribulaciones con el transporte público la llevaron a crear el sitio “Viajé como el orto” ( www.viajecomoelorto.blogspot.com ). No sólo se reciben quejas, sino que se informa al usuario cuánto paga para sufrir: el Estado reparte más de 60 millones de pesos por mes en subsidios a siete empresas de trenes y subtes.

¿Huelga? Encomiable iniciativa, la de una generación que ojalá nos sacuda el sometimiento. En la esfera pública, y varios segmentos de la privada, te basurean de lo lindo. Encima mejor callarse, porque no es justo desquitarse con un empleado.

Salir de casa en enero para renovar el carné de conducir (robado por enésima vez), pedir libre deuda o hacer cualquier trámite, alcanza y sobra para abrir el blog sevivecomoelorto.com. “¡No hay más números!”, grita la encargada, a las 9 de la mañana. “¡Pero yo esperé el ómnibus desde las 7!”, lloriquea una mujercita. “¡A mí qué me importa!”, es la respuesta. Además de las razones fisiológicas, el mal humor se debe a que media repartición está de vacaciones. En alguna de sus tantas asambleas, ¿el gremio no podría prever hechos tan previsibles, y tratar de mejorar el servicio?

Alguien en la cola comenta cuánto dinero ha ido ingresando en concepto de sellos o tasas. Otro relata sus padecimientos para encontrar una escribanía abierta. “Tendría que haber un lista, como las farmacias de turno”, rezonga. Un tercero cuenta que registrar el auto le costó más de 1.500 pesos. “¿Adónde irá esa plata?”, pregunta.

La creadora del sitio “viajé como el orto” convocó a una huelga general de usuarios de transporte. Hace rato que la idea anda dando vueltas: no viajar, no consumir, no tramitar. El día que no estemos, ya van a ver cómo nos vienen a buscar.